domingo, 19 de enero de 2014
Me sentía como si ese día de Octubre alguien me hubiese quitado mi vida para sortearla en navidad, y me la hubiese cambiado por otra cosa, por algún objeto hinchable que me oprimía el pecho por dentro. Si. Eso era.
Intenté gritar esta noche, igual que otras noches, con la almohada ahogando el ruído. Nada servía de nada. Nadie venía, nadie volvía y nadie entendía que no era fácil y que las pastillas tampoco funcionaban en mi como lo hacían en otros. Inmunidad total y puerta abierta con invitación para cualquier pesadilla que pudiese hacerme el daño suficiente como para despertarme llorando. Despertarme y darme cuenta de que la realidad dolía mucho más, contigo en un cuerpo que no era el mío.
¿Se empezará por eliminar cualquier tipo de empatía con el resto del mundo? ¿Y si no hay manera y esto o se me queda dentro para siempre?
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